miércoles, 6 de octubre de 2010

ATRAPADOS...

Por Damiano Laura.

      La violencia en las relaciones se caracteriza por ser definida a través de la imposición de un miembro sobre otro de forma física, emocional o psicológica, de esta forma en las interacciones donde la observamos hay un miembro de la pareja que propone, rechaza, y por lo general otro que acepta, donde la reciprocidad se observa coartada por definición, esto con los años de vida de la pareja rigidiza la relación con pocas posibilidades de modificarlo sin ayuda terapéutica.
En las relaciones laborales que estas sean complementarias rígidas permiten el desenvolvimiento de las mismas funcionalmente, ya que por definición encontramos una jerarquía marcada y funcional dada por el contexto.
En la relación de padres con hijos, esta flexibilidad y rigidez se ira adaptando de acuerdo al ciclo vital familiar e individual que atraviesen los miembros de la familia.


A través de el concepto de circularidad, es que me atrevo a diferenciar como una misma forma de definir la relación es “buena” o “mala” de acuerdo al contexto y a los participantes del mismo, esto que proviene de una mirada oriental de las relaciones humanas, nos permite pensar en bueno y malo, orden y desorden, y no en bueno o malo ni en orden o desorden, quiere decir, que me permito ver que lo malo contiene lo bueno, que el desorden contiene el orden.


Entonces, permite pensar a cada persona dentro del sistema familiar como participe responsable, no culpable, responsable de mejorar su calidad de vida en cuanto a las interacciones que establece y permite en todo sistema en el que interactué.
Utilizare una definición de Leticia Ruiz (Asistente social y Terapeuta Familiar Sistémica) quien la entiende como, “una conducta aprehendida y aprendida que se instala en nosotros y en nuestras casas contaminando todo a su paso...”.

Tipos:

Podemos distinguir dos formas dentro de una familia, una es la violencia dentro de la pareja conyugal, que tiene que ver con una violencia de género, en la que mayormente nos encontramos como profesionales con parejas y la dirigida hacia los niños que devienen en adolescentes.
En cuanto a los hijos existe un pasaje gradual, NATURAL que se encuentra coartado, que va desde la condición de ser obligado a ser, tener permiso de ser hasta llegar por diferenciación al PODER SER. Las reglas familiares  son rígidas e impiden la autonomía, quedando las funciones y roles de cada miembro familiar fijo y las interacciones entre ellos tienden a ser descalificatorias, agresivas, defensivas, etc.
En la pareja este pasaje no es necesario, ya que la funcionalidad se da en interacciones donde el PODER SER se define desde el inicio de la relación; en ambas formas, la violencia se observa a partir de un ejercicio de poder para imponer la voluntad de un miembro sobre otro.
Los tipos de violencia los vamos a distinguir en violencia sexual, cuando un miembro de la pareja fuerza al otro miembro a tener relaciones sexuales, esto
pasa generalmente, ya que se cree que el estar casado o conviviendo habilita al otro a obligar a tener sexo o se cree que no se debe o puede decir que no.
Otro tipo y él más común es la violencia física, esta se da cuando un miembro de la pareja es golpeado, pateado, cuando presenta heridas físicas de cualquier tipo ya sea por el uso del cuerpo o de armas, seguimos ahora con la violencia psicológica, es la más difícil de explicar y de detectar, conlleva la degradación mental, moral, las amenazas y el control de un miembro sobre otro.
Y por último, la destrucción de propiedades o mascotas, cuando se rompe algo de la persona que quiere ser obligada a hacer una cosa en contra de su voluntad o la muerte o el lastimar a una mascota.
En el caso de la violencia hacia los hijos, podemos agregar la violencia por omisión que es aquella en la que se deja de mirar al otro como sujeto de necesidades, no se lo tiene en cuenta como miembro familiar, al momento de dar cuidados, si de recibirlos.

Características:

·         Autonomía cercenada; para todos los miembros de la familia, ya que la persona que cercena la autonomía de un miembro cercena la suya propia.
El poder ser desaparece como posibilidad, todo lo referente a este miembro familiar queda supeditado a las necesidades e intereses del otro, y al mismo tiempo quien cree tener autonomía basada en este tipo de interacción queda atrapado en la observación, persecución de otro.

·         Jerarquías parentales rígidas o difusas; violencia por acción u omisión.
En este punto nos encontramos con familias donde el pasaje natural hacia una mayor autonomía esta coartado, debido a una imposibilidad de adaptarse a los cambios necesarios que cada ciclo vital le impone al sistema, es así que aparecen en las crisis de desajuste una fijación en los roles y funciones de cada  miembro familiar, y las conductas sintomáticas que observamos, a saber, problemas de aprendizaje, conducta, niveles de rebeldía intolerables para la familia y los sistemas interactuantes, adicciones, embarazo adolescente, etc.

·         Pareja conyugal o subsistema parental, constituido por  relaciones de dominación-subordinación.

·         Interacciones rígidas o difusas, no existe el permiso para el cuestionamiento, ni el error, ni en la pareja de padres, ni de los hijos por parte de estos.

·         Fuerte adhesión a modelos de género, esto contribuye a la formación de un modo de mirar el mundo y la conformación de relaciones que naturalizan la violencia, no planteamos una construcción solitaria sino social y sostenida en muchos casos tanto por hombres como por mujeres.

·         Fronteras rígidas; aislamiento del núcleo familiar con el entorno y-o rechazo a cualquier intento de algún miembro por favorecer dicha conexión.

Conclusión:

En este tipo de relaciones encontramos 3 fases de interacción o comunicación, bien conocidos por todos, luna de miel, acumulación de tensión y golpes,  estos se repiten con el tiempo, en un comienzo de la relación la repetición de cada ciclo puede llevar años, pero también con los años la frecuencia se achica pasando de años, a meses, de meses a semanas y de semanas a días dentro de la pareja o familia.
El objetivo de este escrito es ordenar información sobre este tema que nos permita comprenderlo contextualmente en sus relaciones, teniendo presentes el poder y la inseguridad que atraviesan todos los miembros de la familia.
Podría escribir sobre las formas concretas de violencia, la conducta que hace visible la violencia para quienes no la atravesamos, pero la idea es mas simple que eso, es atrevernos a pensar y creer que nadie que atraviese esta situación es libre de decidir…

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